Del Atleti desde siempre (y para siempre)

Soy del Atlético de Madrid desde que tengo memoria. No porque nadie me lo impusiera, sino porque mi tío Esteban, que es un apasionado del Atleti, me regaló una camiseta cuando era pequeña porque sus hijos le salieron del Real Madrid y, desde ese momento, el rojo y blanco se quedó conmigo para siempre.

Ser del Atleti no siempre ha sido fácil (y lo dice una que lo ha vivido desde la infancia). Me ha costado más de una discusión en el cole, en el instituto y también en la universidad, sobre todo cuando la mayoría va con “los otros” jajajajja. Pero nunca ha servido para plantearme nunca mi pasión por mi equipo. Ser del Atleti es una forma de sentir, de resistir y de creer incluso cuando parece imposible.

He sufrido mucho por este equipo… Como todos los atléticos Y no solo en las finales. He llorado por esas derrotas que dolían más de lo que deberían, por los casi, por los penaltis que no entraron, por los días en los que parecía que lo teníamos… y no. Pero también he vivido momentos de auténtica alegría, de los que se quedan grabados, de esos que celebras a gritos aunque estés sola en casa. Porque el Atleti siempre lucha con coraje y corazón, y los colchoneros siempre estaremos ahí con esperanza, apoyando a nuestro equipo.

Ser del Atleti me ha acompañado en todas las etapas de mi vida. Y aunque a veces toque sufrir, yo sigo creyendo. Porque sé que más pronto que tarde, la Champions llegará jajajaja Y cuando lo haga, ahí estaré, con la misma camiseta que me regaló mi tío, celebrando como siempre.

Porque al final, ser del Atleti no se elige. Se siente. Y se aguanta. Y se celebra. Siempre.